Ya sea como una reivindicación, como una búsqueda estética o simplemente como una forma de ruptura con lo establecido, el arte del pasado siglo XX se retroalimentó de las formas de arte primitivas, aquí una breve comparación entre la famosa Venus de Willendorf con La Mujer Cuchara de Alberto Giacometti que realicé el año pasado:
VENUS DE WILLENDORF: (
Escultura de bulto que representa la figura de una mujer desnuda, de
ACERCA DEL NOMBRE “VENUS”
Ella fue originalmente apodada la poire - "la pera" - a cuenta de su forma. Por Piette, el nombre "Venus" puede haber llegado a la mente en este caso particular, debido a la enfática tratamiento de los labios de la vulva y los prominentes, ligeramente protuberante zona púbica, que él con gusto se refiere como "Le Mont de Vénus" - el montículo de Venus (o mons pubis). "Venus" se ha convertido en el término colectivo utilizado para identificar todos los obesos Paleolítico estatuillas de la mujer. La ironía de identificación de estas figuras como "Venus" gratamente satisfecho ciertas suposiciones en el momento acerca de los primitivos, acerca de la mujer, y sobre el sabor. Venus, por supuesto, era la diosa clásica de amor sexual y la belleza. El comienzo de "historia" - el paso de la prehistoria a la histórica, un paso marcado por el advenimiento de la escritura - también marca para algunos el paso de la primitiva a la civilizada La figura ilustra muy bien el contraste. Su abultamiento, bulbosa cuerpo, grandes senos, amplio abdomen, vulva y sin hendidura manifiesto, incivilizado, "primitivos" sabor. Asimismo, exposiciones, de manera que sean atractivos a la vez (para la mayoría de las mujeres, tal vez) y amenazan (a la mayoría de los hombres, tal vez), un físico y sexual libre que parece sin límites, sin restricciones de los tabúes culturales y convenciones sociales. Ella es una imagen de "natural" femenina, desinhibido del poder femenino, que "la civilización", en la figura de
ACERCA DE
En este contexto de ideas que los arqueólogos que trabajan en los finales del siglo 19 y comienzos del siglo 20 vio la recientemente descubierta Paleolítico "Venus", y que permite una interpretación de ellos como representaciones de
A pesar de la falta de pruebas, más allá de la apariencia de la figuritas, griego antiguo cosmogonías, y la falsa relación mucho más tarde con las prácticas tribales, numerosos estudiosos han consideró, no obstante, libertad para ampliar la idea de una Tierra, Diosa Madre o Diosa en el pasado prehistórico y afirmar que la edad de piedra pueblos habían creído en ella como una deidad universal.. Otros estudiosos, sin embargo, han rechazado estas ideas como base para la interpretación y han señalado, por ejemplo, la falta de signos evidentes de la divinidad en las figuritas. But, again, lacking written documentation these claims either way are difficult to support or refute. Pero, de nuevo, al carecer de documentación por escrito las reclamaciones en ambos sentidos son difíciles de apoyar o refutar.
Aunque el paradigma de la "Venus" de Willendorf como Diosa Madre persiste, en los últimos años la figura también ha sido interpretado como capaces de funcionar en un contexto más ginecológico, tal vez servir como un amuleto o el encanto de algún tipo para las mujeres en relación con la fertilidad. En el momento de su descubrimiento, la estatuilla mostró rastros de pigmento de color rojo ocre, que ha sido pensado para simbolizar, o servir como un sustituto de la sangre menstrual de la mujer como un dador de vida el agente, como es el caso de las tradiciones más tarde. El énfasis dado a la "Venus" de Willendorf de la vulva y la posibilidad de que el rojo ocre sirvió como sustituto de sangre indican que la figura puede haber servido para algo en relación con la menstruación femenina. Si la "Venus" de Willendorf fue hecho para funcionar dentro de este tipo de contexto, se pondría a la figura énfasis en el ámbito de la hembra.. Esto aumentaría la posibilidad de que no fue tallado por un hombre, sino por una mujer.
El símbolo femenino de la cuchara se afirma desde la escultura-tótem.
Giacometti se trasladó de su nativa Suiza a París en 1922 para proseguir sus estudios de arte y rápidamente llegó bajo la influencia de diversos movimientos de vanguardia.
Si tomamos los conceptos de autonomía del artista, de la obra-objeto y del lenguaje expresados por Ocampo, podemos encuadrar la obra de Giacometti.
En el primer concepto, al investigadora marca como punto de inflexión al renacimiento puesto que en dicho periodo “el artista conforma una clase de trabajadores intelectuales libres, económica y socialmente reconocida” como respuesta a la agremiación artesanal instalada en
“Los objetos sólo alcanzan su status artístico cuando han sido despojados de toda utilidad, cuando yacen en el museo dedicados a ser contemplados en un puro ejercicio de las formas” afirma la investigadora argentina y a partir de esta aseveración, entre otras, se puede hacer una primera pregunta ¿Tanto la obra elegida de Giacometti como
En términos de Ocampo
Si tomamos los conceptos de autonomía del artista, de la obra-objeto y del lenguaje expresados por Ocampo, podemos encuadrar la obra de Giacometti.
En el primer concepto, al investigadora marca como punto de inflexión al renacimiento puesto que en dicho periodo “el artista conforma una clase de trabajadores intelectuales libres, económica y socialmente reconocida” como respuesta a la agremiación artesanal instalada en
Si tenemos en cuenta el concepto de autonomía de la obra-objeto contempla “El establecimiento de un circuito de producción, distribución y venta de objetos fácilmente transportables y unitarios en sí mismos” de esta manera, “cuadros y esculturas son ya acabadamente un microcosmos”
Asimismo, en cuanto al concepto de autonomía del lenguaje,
Por último, en el siguiente testimonio de Alberto Giacometti en sus escritos se rebela la necesidad del escultor de llegar a una verdad velada por los sentidos y su eterna búsqueda en el camino de la representación y su subjetividad son fundamentales: “Es como si la realidad siempre se hallara detrás de la cortina que arrancamos (…) pues aún hay otra (…) una y otra vez nos queda otra. No obstante, tengo la impresión, o quizá la ilusión, de que voy haciendo progresos día a día. Eso me impulsa, como si realmente fuera a ser posible comprender la esencia del mundo. Así continuamos nuestro camino, a sabiendas de que cuanto más nos aproximamos a la ‘cosa’, más se aleja ésta de nosotros. La distancia que hay entre mí y el modelo aumenta continuamente; cuanto más nos aproximamos, tanto más se aleja la ‘cosa’ de nosotros. Es una búsqueda sin fin."